Todos conocemos la parábola de los obreros de la viña que Jesús platicó a sus discípulos, en el cual un propietario de un viñedo buscaba en la plaza trabajadores durante todo el día, los que trabajaron una hora o 12 horas recibieron el mismo salario, haciendo molestar a los que trabajaron más.

Nos enseña que humanamente nuestra reacción es egoísta, Jesús ya nos invita a ver a los demás como a nosotros mismos. Nos hubiera gustado nos pagaran igual que a los que trabajaron 12 horas si fuéramos el que trabajó 1? Claro! Entonces debemos sentir gusto por ellos. Esta es la lección de Jesús, una lección de amor, amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos.

Al mismo tiempo se hace la analogía con el Cielo, aquél ladrón que murió en la cruz junto a Jesús, el cual vivió toda una vida de crimen, se arrepiente en el último minuto y Jesús le promete estar en el Cielo con él ese mismo día. Este ladrón llegó al cielo hace casi dos mil años, gozando de la Gloria Eterna. Esto debe darnos gusto, un gusto enorme!