Diferencias Entre la Mujer y el Hombre

Física y psicológicamente, hombres y mujeres somos muy distintos. Es común que las diferencias entre géneros nos compliquen comprender al sexo opuesto, pero sin duda es posible. Para ello debemos tener información, disposición, ser pacientes, tolerantes, comprensivos,  y mejorar la comunicación entre nosotros. A continuación, describo las características de mujeres y hombres, nuestras diferencias  y cómo hacer posible una convivencia sana.

 

Características de la Mujer.

La mujer se manifiesta por su carácter acogedor, receptivo. Intuye. Es tierna y detallista, sensible e imaginativa, cordial y sentimental. No encuentra placer en el amor físico, sino a través del amor psíquico. La mayoría de las mujeres sólo son capaces de entregarse a un hombre cuando lo aman. A la mujer le gusta ser conquistada y no le importa ser dominada por la personalidad. Desea agradar. La mujer ha nacido para amar, quiere ser amada. Es feliz si lo son los que ella ama.

Vence por las lágrimas. La mujer se deja dominar por los sentimientos, y puede dejar que influyan en su razón. La más mínima ilusión, detalle, delicadeza puede hacerla feliz o puede hacerla llorar. Tiene tendencia a lo concreto. Busca el apoyo del hombre. Le gusta un hombre fuerte y varonil física y espiritualmente. Se
siente segura y protegida junto a él. Ella es dichosa si el hombre adivina sus deseos.

 

Características del Hombre.

El hombre es de carácter activo, reflexivo, intelectual, realista, orgulloso, emprendedor y creativo. Mira las cosas en síntesis. Razona. Es estable. Le gusta conquistar y ser valorado. La mayoría de los hombres son capaces de tener una vida sexual sin amor, ya que el hombre es más carnal, aunque prefiere ser dominado por el cariño. El hombre ha nacido para luchar. Vence por la fuerza. Tiene tendencia a lo universal.

 

¿Cómo Somos Diferentes?

Una mujer está dotada psicológicamente de cualidades propias de la maternidad, es tierna para con el niño. Cómo está hecha para la maternidad, su psicolgía se ve afectada por los cambios fisiológicos del ciclo reproductor. Esto la hace tan voluble que muchas veces ni ella se entiende. Al igual que el hombre no puede dar a luz a un hijo, psicológicamente, el hombre no tiene las cualidades de una madre. El hombre es incapaz de darle a un niño la ternura de una mujer.

El hombre es más seco que la mujer en manifestar sus sentimientos. Ella manifiesta sus sentimientos fácilmente. Los expresa más con acciones que con palabras. Le desagrada expresar su intimidad y parecer sensible, así que oculta sus sentimientos. Él prefiere las ideas, la fe, la política, el deporte, su coche, o su ordenador, y en cambio, la mujer goza hablando de sus intimidades y necesita ser escuchada, se interesa por los afectos.

Contrario al hombre, a la mujer le interesa todo lo relacionado con las personas y no las cosas. La mujer ama y sufre con más intensidad que el hombre. Cosas al parecer insignificantes para el hombre, a la mujer le es razón de gran disgusto. El juicio de la mujer es más rápido. El hombre juzga después de madura reflexión, la mujer según ame u odie. Ella capta detalles que el hombre desprecia. El hombre que tropieza con lo imprevisto, se desorienta y tiene que estudiar de nuevo el asunto. La mujer, emplea la lógica de la adaptación o mutación. Ante los ojos de él, todo esto la hace a ella ligera y alocada y para ella él es demasiado calculador.

 

¿Por Qué Somos Tan Diferentes?

Todas estas discrepancias las impone la diferenciación sexual. Nuestro cerebro rige nuestras diferencias fisiológicas. Hasta la constitución física está moldeada para expresar nuestras distintas maneras de estar en el mundo.

La forma en que se nos educa influye en nuestra manera de ser. No es verdad que nuestras diferencias sean consecuencia de ello, pero sí de la naturaleza.

 

¿Cómo Hacer Nuestras Diferencias a un Lado?


Todas estas diferencias parecen alejarlos. Pero todos somos iguales por tener la misma dignidad personal.
Debemos ayudarnos. No mandarnos, sino obedecernos mutuamente.

El hombre debe comprender a la mujer, lo que quiere decir y apreciar sus sentimientos. La mujer, aceptar lo que el hombre dice. Es así como nos complementamos.

 

 

 

 

 

 

Bibliografía:

Loring, J. (2013). Para Salvarte (1a ed.). Bogotá, Colombia: San Pablo. pág. 782-784

 

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