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Este es mi hijo, mi escogido, escúchenlo

Cuando Jesús subió al monte con Pedro, Santiago y Juan, y se transfiguró delante de ellos y lo vieron conversando con Moisés y Elías, quedaron asombrados, porque estaban delante de una auténtica manifestación de Dios. Y de forma semejante a lo ocurrido en el Bautismo del Hijo, el Padre celestial hizo que se escuchara su voz.

+ Nunca perdamos de vista que Jesús es Dios y hombre verdadero, y que su palabra nunca pasará: «Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre» (Heb 13,8)

+ Cuando escuchemos otras voces que nos quieran alejar de la santa voluntad de Dios, que es la Verdad, acerquémonos con mayor fe a repasar las enseñanzas de Cristo, que nos dan la vida eterna.

+ Escuchar a Jesús implica obedecerlo. Éste es camino seguro de salvación, porque desea que estemos con él, para eso murió en la cruz.

+ Démonos tiempo para «escuchar» a Jesús en la Biblia, en el Catecismo de la Iglesia católica, en las enseñanzas de los santos.

Somos ciudadanos del cielo… manténganse fieles al Señor

Reflexión: Dios nos muestra el camino, nos enseña algunas cosas, y nos lo «prueba» con señas sobrenaturales que su Iglesia católica tiene la Verdad, y sin embargo hay cientos de miles de religiones y movimientos de «Dios» y antidios que buscan contradecirla (y no tienen esas pruebas sobrenaturales, dejando en claro que son falsas). ¿Porqué será?

 

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