Hablar francamente y sin temor.
«No les tengáis miedo, pues no hay nada encubierto que no haya de ser descubierto, ni oculto que no haya de saberse. Lo que yo os digo en la oscuridad, decidlo vosotros a la luz; y lo que oís en voz baja, proclamadlo desde los terrados.
“No temáis a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma; temed más bien al que puede llevar a la perdición alma y cuerpo en la Gehenna. ¿No se venden dos pajarillos por un as? Pues bien, ni uno de ellos caerá en tierra sin el consentimiento de vuestro Padre.” En cuanto a vosotros, hasta los cabellos de vuestra cabeza están todos contados.” No temáis, pues; vosotros valéis más que muchos pajarillos.
Si alguien se declara a mi favor ante los hombres, también yo me declararé a su favor ante mi Padre que está en los cielos. Pero si alguien me niega ante los hombres, también yo le negaré ante mi Padre que está en los cielos.» Mateo 10 (26 al 33)
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Una lectura densa y con mucho contenido muy bueno para nuestra vida, tanta enseñanza tan valiosa en poco texto, con la elocuencia que caracteriza a Jesús en su forma de hablar, la vamos desmenuzando por temas.
Hablar francamente
El humano promedio está acostumbrado a mentir, dice frases como: Te digo la verdad? Francamente? Ya en serio? Esas frases no deben de existir en nuestro vocabulario, la verdad debe fluir como el aire libre, sin obstáculos. Un sí y un no deben bastar siempre, cuando decimos la verdad. Es de Dios no ocultar nada (ya lo dijo Jesús), que todo se conozca, hablemos sin mentir, exagerar u ocultar nada, ya que todo esto califica como NO ser honesto.
Hablar de Jesús
Lo pide, proclamar, gritar a todos, las enseñanzas de Jesús, y no pone tiempo límite por eso sigue siendo vigente esta petición y nosotros como Católicos debemos dar el ejemplo primero, y después hablar de Jesús a todos, esparcir su palabra a TODOS, no solo a quienes nos convienen o con los que no tenemos dificultad, al contrario. Las enseñanzas de Jesús son de amor, compasión, respeto, honestidad, fortaleza, paz, nada malo enseña, aprende un poco más de su legado, tan útil para la vida diaria.
Sin temor a la muerte
Si seguimos el ejemplo de Jesús en cada momento, no hay temor a la muerte, sabemos tarde o temprano llegará, y cuando llegue, el estar en la paz de Dios será hermoso, qué mejor irnos si fue defendiendo a la obra de Dios en la Tierra o haciendo la labor que Jesús nos pide. El pregonar a Jesús no es una misión egoísta o interesada, por el contrario, es tratar de hacer llegar la paz y la salvación a todas las personas del mundo, aunque nos cueste la vida de este mundo, Jesús deja claro que la que importa es la vida después de la muerte. Qué estás haciendo para llevarte a esa vida después de la muerte, ya que no podrás llevarte trofeos, dinero, medallitas, títulos, o ningún otro valor humano?
Dios permite
Todo sucede, por consentimiento de Dios Padre. Dios no está muerto o dormido o se fue de vacaciones, está muy claro, todo sucede porque Dios quiere o Dios lo permite, un Dios presente, amoroso e incomprendido. Si Dios evita todo mal que suceda en el mundo, qué tarea difícil tendríamos nosotros por hacer para ganar el Cielo y su compañía? Dios nos da la libertad, y sus mandamientos para ponernos a trabajar en la salvación, o negarle y hacer el mal. Dios pide a Jesús una muerte humillante y horrible, esto no significa que Dios sea malo, sólo es incomprendido. Reza y pide fé para confiar, comprender es imposible, somos insignificantes en comparación.
Importancia del hombre
Jesús nos dice Dios nos tiene «hasta los cabellos de nuestra cabeza contados», creo que es literal tanto como figurado, nada de ninguna persona va a pasar desapercibido por Dios o no contado. Todo mal y todo bien cometido está siendo tomado en cuenta por Dios, sin excepción. Porqué mejor no darle un «libro de mi vida» que le guste, le haga sonreír, le plazca? Con mayores obras buenas que omisiones y pecados. Nos los está pidiendo. Recemos para que nos de humildad, sencillez y obediencia ante sus peticiones.
Dicho por Dios, el hombre es mucho más que los animales, un hombre más que todos animales, por eso ante Dios la importancia de una mascota, aún todas las mascotas o animales del mundo no van a ser más importantes que una humana. Hoy día se ve a veces como humanos defienden más a animales que a humanos, lo cual es un error. No quiere decir que el maltrato de los animales esté bien porque no lo está, pero es sólo reconocer las jerarquías e importancias. Este hecho le da mucho más severidad al gran error del aborto a propósito o el asesinato de humanos no nacidos, es un crímen horrendo, tan horrendo como el asesinato de alguien que ya nació, de no fuera por estos crímenes el humano continuaría con su vida normal, creciendo y tomando sus decisiones.
Elegir partido de manera abierta
Jesús nos pide elegir partido en vida, al morir tu decisión en vida será sellada para siempre. Si eliges ser del «equipo Jesús», conlleva autoestudio, involucrarte en su Iglesia Católica, ayudar a los demás, dejar la vida de pecado y pregonar la vida de Jesús a todos para que igual encuentren el agradar a Dios como el único modo de vida para alcanzar la felicidad en vida, y después de la vida. Elegir a Jesús no es sólo decir «Ah chido Jesús te apoyo» o «Ah qué bien Jesús» y luego hacer lo que se te antoje, o bien inventar tu propia religión con tus propias reglas, sino es ponerte un hábito espiritual de obediencia, y hacer caso a la tradición, mandamientos y forma de vida que pide la Iglesia Católica, quien es nuestra organización mediadora entre Jesús y los hombres.
Conclusión
Seguir a Cristo es una tarea difícil, para verdaderos héroes fuertes de espíritu y voluntad, no es para los débiles, ya que no es válido hacer nuestra propia religión, para ser un buen seguidor de Jesús es necesario tener la humildad y obediencia para aceptar que no sabemos nada y requerimos que nos orienten hacía lo que es mejor, quien ya se crea superior a otro y no requiere seguir reglas, ya va mal en el camino de Cristo. Seamos también valientes, honestos y perseverantes en la vida de Dios, pidamos a Dios y se nos dará.
No confundas tu libre albedrío con conocimiento, no sabes nada, requieres a Dios en tu vida y no se te revelará nada hasta que creas, confíes y tengas fé primero, por tu propia voluntad, y lo elijas a Él y no a tu propia soberbia. Dios no te necesita, tú sí de Él.