Preguntas como ¿qué es una identidad social y cómo las construye la sociedad? o ¿cómo influye la música popular en la construcción de estas identidades sociales? me parecen aspectos importantes que discutir. Por ello, aquí te explico más sobre cómo en los últimos años ha cambiado bastante, especialmente cuando hablamos de música popular, nuestra forma de ver las identidades sociales. Asimismo, traigo de vuelta teorías actuales que destacan la importancia de los discursos y las narrativas en la creación de identidades, alejándose de ideas más rígidas y tradicionales.
Interpelación
Se refiere a la manera en que las ideologías y estructuras de poder hacen que los individuos se reconozcan a sí mismos como sujetos dentro de un sistema social. Louis Althusser introdujo la idea de interpelación en su teoría sobre la ideología. Según Althusser, la interpelación es el proceso mediante el cual las ideologías «llaman» a los individuos y los convierten en sujetos. Este proceso es crucial para el funcionamiento de cualquier sistema social, ya que ayuda a mantener y reproducir la estructura de poder existente.
¡Si te interesan temas como la música, la psicología y sociología, te invito a continuar leyendo!
Interpelación y articulación en la música popular
La idea de interpelación, desarrollada por Louis Althusser, describe cómo las personas se convierten en sujetos a través de las ideologías dominantes que las «interpelan». En la música popular, estas interpelaciones se manifiestan a través de las letras, ritmos y estilos que ofrecen modelos de identidad y comportamiento a los oyentes. Richard Middleton y Simon Frith han utilizado esta teoría para explicar cómo la música popular articula significados y posiciones sociales.
La función conativa de la música
Middleton sostiene que la función conativa de la música, su capacidad para influir en las acciones y comportamientos, es clave en la interpelación. Esto se puede ver en letras que nos incitan a actuar, ritmos que nos hacen movernos y en la identificación de los oyentes con las imágenes que la música proyecta. Por ejemplo, canciones que apelan a la rebeldía juvenil o a la nostalgia por tiempos pasados nos ofrecen formas de entendernos y comportarnos.
Función conativa
Roman Jakobson, influyente lingüista del siglo XX, desarrolló un modelo de comunicación con seis funciones del lenguaje: referencial, emotiva, conativa, fática, metalingüística y poética. La función conativa se centra en el receptor, buscando influir en su comportamiento mediante imperativos, exhortaciones y preguntas para provocar una acción o respuesta.
La Intensidad emocional en la música
Frith destaca que la música popular tiene una capacidad única para generar experiencias emocionales intensas, lo que la hace especialmente poderosa en su capacidad de interpelar. La música no solo refleja identidades existentes, sino que también ayuda a formarlas. Al ofrecer un espacio para la identificación colectiva, la música popular permite que los individuos se entiendan a sí mismos en relación con su entorno social.
La música como herramienta de construcción identitaria
La música popular actúa como un artefacto cultural que proporciona a las personas elementos para construir sus identidades sociales. Los sonidos, letras e interpretaciones musicales ofrecen maneras de ser y comportarse, así como modelos de satisfacción psíquica y emocional.
Música y subculturas
La escuela subculturalista inglesa, con autores como Dick Hebdige y Paul Willis, ha argumentado que diferentes grupos sociales se identifican con ciertos estilos musicales debido a resonancias estructurales entre su posición social y su expresión musical. Esto quiere decir que los sucesos culturales, según el contexto dado, están estrechamente ligados y relacionados con estilos musicales específicos de acuerdo a la posición social de los grupos de personas que lo escuchan.
Sin embargo, esta teoría ha sido criticada por su rigidez y su incapacidad para explicar cambios en los gustos musicales de actores sociales que no han cambiado su posición estructural. Por ejemplo, las críticas a la teoría subculturalista señalan que las prácticas culturales no son necesariamente homólogas a una base real preexistente, sino que tienen cierta autonomía que puede generar prácticas sociales nuevas. La teoría de la articulación, propuesta por Stuart Hall y desarrollada en un marco post-estructuralista por Ernesto Laclau y Chantal Mouffe, ofrece una alternativa al subculturalismo. Esta teoría sostiene que los elementos culturales e ideológicos se combinan de manera contingente y mediada por la lucha por el sentido.
La música popular como interpeladora de identidades
Ahora bien, la música popular, debido a su capacidad para generar experiencias emocionales intensas y su polisemia, es una herramienta poderosa para la interpelación de identidades sociales. Las múltiples capas de significados en un evento musical permiten a la música popular interpelar a actores sociales muy distintos.
Lo que significa que la música popular es una representación de la época en la que se vive. Es natural que las personas se identifiquen con los diferentes géneros musicales y, así, construyan una identidad social. De modo que la letra y el sonido de la música permite la identificación y sentido de pertenencia de alguien por la conexión emocional que crean. Así pues, de acuerdo con Pablo Vila, la música resulta poderosa a gran escala por el impacto que genera en la población a nivel psicológico y emocional.
Música y discursos sociales
Por ejemplo, el sentido de la música no se localiza únicamente en los materiales musicales, sino también en los discursos que la rodean. La significación de géneros como el rock ‘n’ roll, rap o el punk rock está intrínsecamente ligada a los discursos críticos, periodísticos y de conversación casual que los acompañan. Este enfoque discursivo es central para un análisis culturalista que busca entender cómo la música popular articula identidades sociales.
Dado lo anterior, podemos concluir que la música interpela en diversos ámbitos. Sin embargo, los principales impactan a nivel social, cultural y psicológico debido a su carácter polisémico que permite estudiar a la música desde otras disciplinas. Estas, a su vez, están estrechamente relacionadas con el hombre y su contexto social. Por ello, al estudiar este fenómeno de identificación de identidad social, podemos encontrar lo ligado que está la música con las formas de asociarse en distintos grupos sociales, el contexto cultural y la creación de vínculos afectivos con respecto a un suceso específico. Además, es cierto que la música permite la articulación de sentidos al manifestarse como apoyo o protesta en situaciones políticas o económicas; lo cual agrega otro factor interpelador.
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Y tú, ¿qué tipo de música escuchas?, ¿crees que Dick Hebdige y Paul Willis erraron un poco con su teoría?
¡Comparte tu playlist favorita y escuchemos juntos música!
Referencias
- Althusser, L. (1971). «Ideology and Ideological State Apparatuses.»
- Frith, S. (1987). «Music and Identity.»
- Hall, S. (1982). «The Rediscovery of Ideology.»
- Laclau, E., & Mouffe, C. (1985). «Hegemony and Socialist Strategy.»
- Middleton, R. (1990). «Studying Popular Music.»
- Ricoeur, P. (1984). «Time and Narrative.»
- Vila, Pablo. (2022). “Identidades narrativas y música. Una primera propuesta para entender sus relaciones”. Revista Transcultural de Música. Sibetrans.com. https://www.sibetrans.com/trans/articulo/288/identidades-narrativas-y-musica-una-primera-propuesta-para-entender-sus-relaciones
2 comments On ¿La música define quiénes somos?
Este es el segundo artículo tuyo que leo, me encanta cómo escribes!
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