Aunque nuestro cuerpo se desgaste, nuestro espíritu se renueva

Aunque nuestro cuerpo se desgaste, nuestro espíritu se renueva

Conforme pasan los años, podemos darnos cuenta de que, en realidad, nuestra vida en la tierra es breve. Con el paso del tiempo, las facultades de una persona tienden a dejar de ser las mismas que cuando era más joven: la vista, el oído, la facilidad para moverse van disminuyendo, aunque esto no sea igual para todos.

  • Si nos abrimos a la gracia de Dios, nuestro espíritu permanece joven y se renueva día con día, a pesar de las enfermedades, a pesar de que nuestro cuerpo se deteriore, como lo menciona Pablo.
  • Un auténtico cristiano evita ser derrotado por circunstancias adversas y, muy por el contrario, mantiene un corazón lozano, porque confía en el Señor y sabe que vamos de camino a la casa del Padre, y que estamos llamados a resucitar junto con Cristo para la vida futura.

Dios tiene preparada para nosotros una morada eterna en el cielo.

 

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