A Cristo no le importa nuestro pasado
- A Cristo no le importó lo que había hecho aquella mujer de la que nos habla en el evangelio
- «Nadie te ha condenado?»
- «Nadie señor»
- «Tampoco yo te condeno»
- A Jesús no le importó el pasado de la mujer; lo que le importaba mucho era su futuro: «Vete ya y no vuelvas a pecar»
- En esta Cuaresma, a Jesús no le importa mucho lo que nosotros hayamos hecho, sino lo que vayamos a hacer de ahora en adelante.
- No le importan tanto los pecados cometidos, cuanto que estemos dispuestos a no volver a cometerlos.
- No le importa que hayamos caído, sino que estemos determinados – con su ayuda, por supuesto – a levantarnos.
- No le importa el que hayamos muerto, sino que queramos resucitar.
- A Jesucristo no le importa nuestro pasado, sino nuestro futuro.
Por eso nos espera esta Cuaresma en el sacrificio de la Reconciliación (Confesión), no para condenarnos, sino para repetirnos a cada uno: «Tampoco yo te condeno. Vete y ya no vuelvas a pecar»