El Señor hace oir a los sordos y hablar a los mudos Dios siempre respeta nuestra libertad, porque sólo quien es libre puede amar de verdad. Él nos ama, y espera con paciencia que correspondamos a su amor. A semejanza del hombre sordo y tartamudo del evangelio de hoy, pidamos a Jesús: + que abra nuestros oídos para escuchar su Palabra, que da vida; + que nos haga sensibles ante el sufrimiento humano y nos dé la capacidad de dar …
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