Estando reunidos los fariseos, les propuso Jesús esta cuestión: «Qué pensáis acerca del Cristo? ¿De quién es hijo?» Respondieron: ‘De David’ Díceles: «¿Pues cómo David, movido por el Espíritu, le llama Señor, cuando dice: Dijo el Señor a mi Señor:Siéntate a mi diestrahasta que ponga a tus enemigosdebajo de tus pies? Entonces, si David le llama Señor, ¿cómo puede ser hijo suyo?» Nadie fue capaz de contestarle nada; y desde ese día ninguno se atrevió ya a hacerle más preguntas. …
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