Cristo comunica su Espíritu Santo, que nos santifica por medio de los sacramentos de la Iglesia (Bautismo, Confirmación, Eucaristía, Penitencia, Unción de los enfermos, Orden y Matrimonio).
El Espíritu Santo instruye a su Iglesia, le recuerda las enseñanzas y mandatos de Jesús y la asiste en su oración.
«Envía, Señor, tu Espíritu a renovar la tierra».