A los ojos de la gente de Nazaret, María y José eran vistos como personas buenas, sí, pero nada más.En cambio, para el Padre del cielo, María era la Virgen Inmaculada y José un varón justo a sus ojos.Ambos con una misión fuera de lo ordinario: contribuir a que el niño Jesús creciera «en edad, sabiduría y gracia». Dios ama a las familias y les encomienda una misión. Reflexión Cuando nuestra amistad con Jesús, Dios, va mejorando, creciendo, vamos viendo …
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