Puede acaso un ciego guiar a otro ciego

Las figuras que utilizó Jesús son de la vida cotidiana, muy sencillas, pero con una profundidad maravillosa.

+ Como dice Jesús, un ciego no puede guiar a otro ciego, porque ambos caerían en un hoyo. Por eso tenemos que ser humildes y aprender de nuestro único Maestro, que es él, quien ilumina nuestra vida, para que vayamos por una senda segura.

+ Los que pretendemos ser discípulos de Jesús tenemos que ser muy observadores, y estar muy conscientes de las realidades que nos rodean, para tener elementos que nos permitan tomar buenas decisiones en la vida.

+ Esto quiere decir que debemos evitar que las apariencias nos engañen, y aprender de Dios, quien no se fija en lo exterior. Él mira los corazones.

+ Si queremos ser personas buenas, tenemos que decir y hacer cosas buenas, pero no siguiendo nuestros propios criterios, ni los criterios del mundo, sino los que nos da el Señor.

+ No nos dejemos conducir por falsos maestros, que están ciegos, por que corremos el riesgo de caer en un agujero – o en un enorma socavón- junto con ellos.

Cuando el discípulo termine su aprendizaje, «será como su maestro».

Reflexión
Hoy día tenemos cientos de miles de corrientes religiosas y religiones en el mundo, una ceguera que se ha tergiversado por generaciones, creando cada vez más variantes, y otros movimientos modernos igual de malos que es la indiferencia, y el creer que en nuestros propios pensamientos tenemos la verdad absoluta y todo lo demás ahí afuera está mal, así como el culto al dinero, al poder, al comfort y muchos otros.

No seamos ciegos de seguir al ciego, Jesús instituyó su Iglesia en la Iglesia Católica, y aunque la gente que la conformemos no seamos perfecta, los mandatos y valores que promueve sí son lo más cercano que tenemos a agradar a Dios, y nos lo demuestra con los milagros que rodean nuestra Iglesia.

 

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