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Parábola del banquete nupcial

Tomó Jesús de nuevo la palabra y les habló en parábolas. Les dijo: «El Reino de los Cielos es semejante a un rey que celebró el banquete de bodas de su hijo. Envío a sus siervos a llamar a los invitados a la boda, pero éstos no quisieron venir. Volvió a enviar otros siervos, con este encargo: Decid a los invitados: ‘Mirad, mi banquete está preparado. Ya han sido matados mis novillos y animales cevados, y todo está a punto. Venid a la boda.’ Pero ellos no hicieron caso y se fueron: el uno a su campo, el otro a su negocio; y los demás agarraron a los siervos, los escarnecieron y los mataron. El rey, enojado, envió sus tropas, dio muerte a aquellos homicidas y prendió fuego a su ciudad. Entonces dijo a sus siervos: ‘La boda está preparada, pero los invitados no eran dignos. Id, pues, a los cruces de los caminos e invitada la boda a cuantos encontréis.’ Los siervos salieron a los caminos, reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos, y la sala de bodas se llenó de comensales. Cuando entró el rey a ver a los comensales vio allí a uno que no tenía traje de boda. Le dijo: ‘Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin traje de boda?’ Él se quedó callado. Entonces el rey dijo a los sirvientes: ‘Atadlo de pies y manos y echadlo a las tinieblas de fuera; allí será el llanto y el rechinar de dientes.’ Porque muchos son los llamados, mas pocos escogidos.» Mateo 22 (1 al 13)

Reflexión

Esta parábola explica cómo funciona el Cielo (juicio final personal) para todos nosotros, auque también estaba especialmente hecha para los judíos, quienes fueron los elegidos para ser invitados primero al Cielo pero eligieron ignorar a Jesús y su mensaje salvador, y fue cuando los discípulos ya a continuación evangelizaron a todos los seres humanos, todos estamos invitados a ir con Dios al morir, pero pocos podrán entrar y estar cerca de Dios. ¿Porqué pocos? Por nuestra propia mano, por nuestras decisiones egoístas, por invertir en nuestra vida terrena y no en la del Cielo (con buenas obras). Está en nosotros la salvación, pero tendremos la fortaleza de salvarnos a nosotros mismos? El juicio es peronal, no grupal, allá no podrás echarle la culpa a alguien más. Decide ahora, esta vida dura poco, pero marca tu alma para la eternidad con tus acciones diarias.

Esta parábola también habla del infierno, quienes no actúen conforme Dios quiere en la Tierra, al morir, no podrán ir con Él. Queda clarísimo que quien no se lo merezca, no podrá estar a su lado, y tendrá que ser «lanzado fuera» de su compañía: no hay peor infierno que un lugar o estado donde no se pueda estar en la presencia de Dios, quien es todo amor.

 

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