Como Jesús, Y con Él, Preparémonos para las pruebas

Luego de que Jesús fue bautizado, el Espíritu Santo lo condujo al desierto, «para ser tentado por el demonio». Luego de que Jesús fue bautizado, el Espíritu Santo lo condujo al desierto, para ser tentado por el demonio El evangelio de Mateo nos habla de las tentaciones de Jesús y de cómo salió bien librado de cada una de ellas, derrotando al demonio de una manera apabullante. Por nuestro Bautismo, somos parte del Cuerpo Místico de Cristo, y también tenemos

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¿Qué hacer ante la tentación?

«Rechazarla al momento. La tentación nada puede hacernos si la rechazamos, si no dialogamos con ella es inocua. Porque desde el momento que dialogamos con ella, desde el momento que ponderamos los pros y los contras de lo que nos dice, desde el momento que tomamos en consideración lo que nos propone, desde ese mismo instante nuestra fortaleza se resquebraja, nuestra oposición se debilita. Una vez iniciado el diálogo necesitaremos mucho más fuerza de voluntad para rechazarla.» José Antonio Fortea

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Las tentaciones de Jesús también son nuestras

Las tentaciones de Jesús también son nuestras Estamos expuestos continuamente a las mismas tentaciones de Jesús. Pero contamos con la ayuda de Dios para no ser derrotados. Por eso le pedimos: «no nos dejes caer en la tentación», que equivale a decir: «no dejes que nos rindamos ante la tentación» La confesión sacramental será el medio para mantener o recuperar nuestra amistad con el Señor, que no vino por justos, sino por los pecadores. El ayuno, la abstinencia, la oración

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